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Arquitectos: OMCM arquitectos
- Área: 513 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Leonardo Méndez
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Entre las piedras y el agua. Un terreno situado en la cordillera de los Altos, pisando geográficamente dentro de la ciudad de San Bernardino, con románticas vistas al atardecer sobre el famoso lago Ypacaraí, el cual se ha convertido en escenario histórico de la vida veraniega de muchos paraguayos, es el sitio donde fuimos convocados a proyectar una casa de fin de semana para disfrutarla en familia y con amigos. De topografía accidentada y rocas a flor de suelo, el pintoresco y empinado lugar sugería la idea de implantar los programas de tal forma a generar una sucesión escalonada de terrazas que permitan a los usuarios disfrutar del paisaje desde diferentes perspectivas y momentos del día.
Dentro de esa lógica y según el orden jerárquico de ambientes propios de una vivienda, resolvimos disponerla en 3 volúmenes superpuestos y dislocados entre sí; donde la cochera y el servicio se ubicaron en el sector más bajo del terreno, sirviendo a su vez de expansión al volumen de lo social, el cual se posa abierto al paisaje e integra cuestiones relacionadas al estar, comedor y cocina gourmet en una única galería lúdica. En el tercer nivel, el volumen de lo íntimo resuelve 3 dormitorios en suite con un balcón lineal que amortigua la incidencia del sol de la tarde. Como cerramiento superior y colchón térmico de las habitaciones, se planteó una última terraza panorámica que permite disfrutar aun más de la exuberancia del verde y el retrato del lago bajo el sol poniente.
Del papel a la obra, la clave en lo material… Inicialmente proyectada en ladrillos cerámicos sobre estructura de hormigón armado, la Peak House experimentó un antes y un después de la excavación dada por una reglamentación interna del condominio que limita la altura edificable con respecto al frente de cada lote, para garantizar las vistas a quienes se encuentren sucesivamente detrás. Ésta compleja y desafiante tarea fue la responsable de haber descubierto al cerro hasta sus entrañas, extrayendo cual cantera, una gran cantidad de piedras que lejos de ser consideradas escombros a retirar, se convirtieron en nuestra materia prima aliada para plasmar todo cerramiento que no fuese vidrio y hasta toda idea que pudiese llevarse a cabo a partir de martilletes, cinceles, palancas y un poco de ingenio. De esa manera logramos optimizar el uso de la piedra del sitio y compensar así los desgastes energéticos y sobrecostos por la compra y traslado de materiales foráneos. Finalmente, el proyecto cobró identidad propia al quedar armónicamente fusionado con el sitio y el paisaje a su vez de cumplir funcionalmente con los requerimientos de una interesante casa de fin de semana.